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Reseña

TODO ESO OYES (novela)
"TODO ESO OYES" David Oubiña (Babel, septiembre 1989)

Julio de 1928 en el patagónico pueblito de Manos Vacías. Ciriaco Larra reinicia una prolongada relación epistolar con un viejo amigo de su padre. “Estimado Peñafiel: la inesperada muerte de mi padre me ha hecho evocar muchas cosas que siento necesidad de escribir. Con un poco de vergüenza me atrevo a pedirle que sea interlocutor de mis torpes notas y de los testimonios que estoy reuniendo para una posible… ¿novela?”

 

Los desordenados apuntes que Ciriaco envía sistemáticamente a su único lector son crónicas sobre su pueblo, que se mueven cómodamente dentro de un universo mezcla de Rulfo y García Márquez.

 

“Escribir es una forma de no morir”, dice Peñafiel,  de conjurar el olvido. La escritura, en Ciriaco, es dadora de identidad; recrea  voces e historias, retazos de un pasado que sin un ordenamiento preciso,  se yuxtaponen, se entrecruzan y se corrigen, complementándose.

 

Pero si es cierto que la literatura es función de la memoria, también lo es que recordar será, para Ciriaco cada vez más, fabular sobre el propio pasado. Lo real deja de ser lo que la escritura documenta, para ser aquello de lo que el texto debe escapar si quiere encontrar una verdad poética.

 

Todo eso oyes relata el proceso de literaturización de una escritura. Proceso de naturaleza gerundial, porque la novela de Ciriaco es lo que está interminablemente haciéndose; nunca es más que esos bocetos de un relato virtual con los que acompaña sus cartas. Ciriaco parecería descubrir que la literatura no es otra cosa que el mero funcionamiento de una escritura. Se escribe como se experimenta: más que búsqueda de la propia identidad, es disección de los sucesos para perderse en el deleite de su mecanismo.

 

Hay más. Está el seguimiento de la situación política del país que las cartas de Ciriaco reflejan en las postdatas  y que  concluyen dando cuenta de  la represión en época de la última dictadura militar.

 

Esta primera novela de Luisa Peluffo (premio Emecé 88/89) vale por los hallazgos de sus episodios, aunque por momentos, más que dramatizar su fragmentación, la padece.

 

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