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Reseña

SE LLAMAN VALIJAS (cuentos)
“SE LLAMAN VALIJAS” por Anahí Rayen Mariluan
(El Cordillerano – Patagonia Literaria, 01/08/13)

Entremedio de unos cuantos personajes que son estos, aquellos o usted, Luisa Peluffo arma y desarma valijas como si fueran su propia alma.

 

“Se llaman valijas”, su último trabajo, está encabezado con emocionantes palabras de John Updike: “Quizá una condición de estar vivo sea que la ropa que al partir pusimos con amor, en la valija, ya no nos sirve cuando llegamos a destino”. De eso se trata, de un desfile de personajes con distintas “ropas” cuyo destierro cierto o simbólico, duele como arrancarse la propia piel, admitiendo que todo viaje nos cambiará el rumbo de la mirada para siempre.

 

Distintas alusiones y denuncias que en boca de cada personaje, desnudan una Argentina pasada de injusticias y desigualdad. No es un dato menor... Luisa Peluffo demarca en sus cuentos la herida en la garganta que heredamos todos.

 

Personajes que vienen y van, que crecen y no olvidan. Personajes que la autora involucra en múltiples paisajes sonoros. Cada uno con un ritmo, una música al hablar. Cada uno con su castellano, como un universo en la palabra que permite imaginar el horizonte de cada ser.

 

Los cuentos no reproducen más que sonido, involucrándonos en una suerte de obra infinita plagada de detalles sutiles. Se trata de situaciones de despedida, de viajes o de circunstancias a las que ya no se vuelve y quedan encerradas en cada uno como un recuerdo ahora compartido. Puesto en evidencia, el lector puede vincularlos con situaciones vividas, situaciones pasadas.

 

Personas en transformación como epopeya del instante en donde la vida cambió para siempre, a través de valijas que hacen las veces de metáforas, recuerdos o eternas fotos de la memoria. Estas imágenes quizá profundamente reforzadas con la tapa del libro, donde hay valijas de todos los tamaños, de todos los colores... Maletas en donde entren ropas y emociones, desde ínfimas e indispensables hasta enormes, que nos impidan el avance. ¿Quién no tiene una pena medible? ¿Una situación empaquetable que debiera salir de paseo para transformarse?

 

Hacia el contenido, el cuento “Flechas” destaca una denuncia constante de los prejuicios que no desandan años. Por ejemplo, nos recuerda la conquista que sigue conquistando, transcurrida aquí, en la mismísima Patagonia, tantas veces destacada por la escritora en sus obras.

 

En “Se llaman valijas”, la mirada del niño en dictadura, aprendiendo del mundo las palabras, vínculos y alusiones.

 

La delicada fusión de los cuentos ordenados en etapas sucesivas desde la niñez, pasando por la adolescencia y transmutando hacia adultos enmarcados en distintos sitios en donde se elige crecer y vivir y hasta perder la cordura: son la cadena de la que se entrelazan las palabras.

 

Finalmente “Tunkelenikipaa…í”. Como en una suerte de circularidad, este cuento refleja la forma de hablar de aquellos que adoptan nueva lengua, nuevas lógicas, casi como el niño del primer cuento que aprende de los sonidos a construir las palabras. Personajes que incorporan nuevas formas, nuevas palabras.

 

Este cuento, como todo final, involucra un tayül (canción) que de sólo leerlo, entibia el cierre que Luisa eligió para su obra.

 

En este libro encontraremos un camino de personajes que no acaban de preguntarle al pasado y hasta la tierra misma, en busca de aunar la historia con el presente como en eterno viaje.

 

EL PRESENTE EMPIEZA EN SU MALETA

 

Al leer “Se llaman valijas”, fue imposible no vincularlo con la prosa de Ana Prada en su canción:

 

Repasa el equipaje como ausente

 

ya sabe que no habrá ninguna meta,

 

que  el pasado termina en el presente

 

y que el presente empieza en su maleta.

 

¿Por qué? Porque a nadie le resulta gratis huir, crecer, cambiar y transmutar frente a una situación dolorosa. No son vacaciones, son viajes de búsqueda interna que terminan por endurecernos la mirada, cuando no destrozarnos la inocencia sin piedad. Son viajes que nos abren la puerta a la próxima realidad en donde con suerte, habrá un sol nuevo.

 

Cada cuento tiene su música, cada personaje su sonido en forma de ternura, tensión, violencia o humor. Historias en donde todos entregan algo. Paisajes de distintas tierras en donde a veces, la cicatriz, deja huella profunda en el alma, en el cuerpo o en la palabra.

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